Estudiantes Erasmus nos cuentan con detalle cómo vivieron el atentado de Estrasburgo
- Alba Rubio
- 21 dic 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 9 ene 2019
“Yo estaba en la residencia con suerte, y de repente me empezaron a llegar un montón de mensajes de WhatsApp diciéndome que no fuéramos al centro, que había un tiroteo” Ana Bonmatí es una joven alicantina que aterrizó en Estrasburgo el pasado mes de septiembre. Con sus miedos, pero también con muchas ganas, como cualquiera que haya vivido una experiencia Erasmus. Lo que nunca habría imaginado es que ella misma y la ciudad en la que iba a vivir durante los próximos meses iban a ser protagonistas de un atentado terrorista de esos que salen por la tele.
Estrasburgo, capital europea y ubicada en Francia, ha sido alemana durante más tiempo que francesa y por tanto, la influencia del país vecino es innegable. Tanto es así que puedes atravesar la frontera cogiendo el tranvía y cruzando el Rin. Y como la vida estrasburguesa es tan cara, es habitual que los estudiantes hagan la compra en Alemania para ahorrarse unos cuantos euros.

También Paula López, de Burgos y con 20 años, volvía de hacer sus compras al otro lado del Rin cuando el pánico sacudió la ciudad: “A mí me pilló muy cerca del centro, a una parada en tranvía”. Aunque no volvió a su casa hasta el día siguiente a las 19h, pudo ponerse a salvo en la residencia de unos amigos. “Llevábamos como una hora allí cuando nos pidieron que por favor no saliéramos a la calle y empezó un tiroteo a escasos metros de donde nos encontrábamos, bloquearon las puertas”.
Entre las 20h20 y las 21h, hubo un enfrentamiento entre los cuerpos de seguridad y el terrorista. Se dispararon mutuamente y tanto el agresor como un militar, resultaron heridos. Finalmente, el autor de los hechos huyó en taxi sin dar al conductor una dirección exacta pero dirigiéndolo al barrio de Neudorf, muy cerca de la Esplanade, zona universitaria. Iba armado y malherido de un brazo.
Las dos jóvenes viven en el barrio Esplanade, en plena zona de estudiantes y donde se ubican los campus universitarios más importantes de la ciudad, a 15 minutos en transporte público de donde ocurrió todo:

En rojo, la zona universitaria y en amarillo, el centro
Sobre las 20h, el autor de los hechos abría fuego en las inmediaciones del mercadillo navideño de la ciudad, a unos pocos metros de la plaza Kléber. Minutos antes accedía al casco histórico a través del puente du Corbeau.

Sombreado en amarillo el recorrido que realizó el terrorista
La Universidad de Ana, la EM Business School, se puso en seguida en contacto con ella para saber si se encontraba bien. También la avisaron de que su seguridad no podía ser garantizada en ningún lugar porque el terrorista había escapado y podía estar en cualquier sitio: “nos cancelaron las clases y exámenes que teníamos al día siguiente y nos pidieron que nos quedáramos en casa”. Además, la policía les envió un comunicado para que cualquiera que hubiera estado en el centro y hubiera visto al terrorista, fuera a declarar.
Las dos jóvenes coinciden en que lo que más marcó a todos fue el sonido continuo de policía, ambulancias y helicópteros sobrevolando la zona. Pero aunque no se hubieran oído más disparos, el miedo no cesó los días siguientes: “no había nadie por la calle, apenas había transporte público y a través de mi ventana, que veo el tranvía pasar, iba vacío, ningún coche, nada”.
Aseguran que la ciudad no volvió a la normalidad hasta que no abatieron al terrorista: “fue un alivio, mucha gente se puso a aplaudir”. Los días siguientes recibieron la vista del Presidente Emmanuel Macron y se hicieron varios homenajes a las víctimas en distintos lugares donde había disparado.
También Ana ha confesado que “personalmente pasó muchísimo miedo”, pero que a pesar de todo “su experiencia (Erasmus) está siendo una pasada” sobre todo en cuanto a conocerse, abrirse y aprender a desenvolverse.
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